La barca

Recojamos amarras, y que nuestra barca,
se adentré a la mar. Que enfilada la proa,
hacía el fuerte oleaje, rumbo a mar adentro;
surcando va.

No importa si el viento inclemente, castiga
nuestra embarcación. Si la noche obscura,
no encerrase, en la mas densa niebla; atando
el timón.

Guiando mi barca, por turbulentas aguas, con
mano firme estaré. Y aun la noche obscura, no
robará el deseo de mi ser.

Ante las grandes luchas, que este mar me
muestre, yo mis manos firmes, en el timón;
tendré.

Inhóspitas aguas, venciendo el camino, con
luz refulgente; el horizonte destella ya. La bonaza,
que traé vida, en medio del peregrinar.

Pemas de Romeo dr

 

Nos envolvemos en grandes empresas y por lugares a veces inhóspitos. Pero siempre con acopio de valor logramos ver luz el el horizonte.

 

Bello, hermoso, una preciosidad de poesía muy bonita, muy lindo.