Del amor

La vi hace muchos años atrás,
vestía de un blanco pretérito,
cabello largo carmelita
de rostro indomable,
perfecta.

Cual princesa en su castillo,
recibiendo las visitas
de la plebe,
cual fortuna moré
por un efímero tiempo.

No pensé en ella,
pero observaba, mientras
la vida demanda azotes
del destino.

Cientos de amaneceres nacían,
y miles de ocasos se fulminaban.

Como es la vida, me escribió!

Aún en su castillo reside la princesa,
recitando los versos más hermosos
que alguna vez haya leído.

Dibujando lo bello de la creación,
admirándolo con una gran ternura,
por medio de la pureza de sus ojos.

Danzando con alegría,
mientras que los vientos
exhalan sinfonías de amor,
recorriendo toda su elegante
vestidura.

No merezco algo tan inmaculado,
solo los dioses deberían
presentarse a tal bello ser.

Los demonios no deberán clamar luz,
la oscuridad debe quedarse
en su madriguera bajo llave.

Donde solo y solos estarán,
por haber castigado a la humanidad
durante tanto tiempo,
y esa pizca de incandescencia,
no deberían de tocar.
​

 

me hiciste llorar, y eso significa que pude sentirlo en mi alma.