Ahogado

Cansado de sentir este sufrimiento,
ahogado por las lágrimas que inundan mi cuerpo,
atado por un amor que no me deja respirar ni un solo momento,
sentir cada día que me levanto, esta soledad,
no poder ser dueño de mis pensamientos,
de un amor que llevo dentro,
y no me deja continuar,
vivo de lamentos,
por no poderte abrazar,
por no poder darte unas alas para volar,
que hagan ver esta realidad,
que todo te lo pintan bonito, y no es verdad,
tener que llorar cada noche y recordar,
sentirte tan cerca en mi corazón,
y en realidad cada vez te alejas mas,
tener que cobijarme en un comportamiento irreal,
que a todos hacen ver la felicidad,
y por dentro muero sin poderlo remediar,
esto es lo que siento ahora,
amor y odio por no poder ser natural,
jugar a que soy alguien y que todo me da igual,

nadie te toma en serio,
y nadie me deja demostrar,
lo que puedo llegar a ser, de lo que puedo dar,
no es tan divertido reír cuando lo que quieres es llorar.
Gritar de rabia es inútil,
nadie me va a escuchar,
nadie puede ver la luz que me ha hecho despertar,
ser realista, y quedarte en tu fantasía,
en esa que piensas que la besarías,
como un cuento en el que tu y yo somos protagonistas,
soñar te da esta libertad,
pero no pienses ni por un segundo que va a ser realidad.
Pido mucho,
quizás,
puede que ser feliz es algo que nadie me puede dar,
pero seguiré manteniendo la sonrisa,
solo por el placer de ver la sonrisa de los demás,

siento que necesito estar en tu vida,
pero qué son los sentimientos,
si no puedo caminar con tantas heridas,
mi corazón muere a medida que pasan lo días,
hasta que llegue el momento en que me tire a la vía,
por no ser capaz de continuar y dejarme caer a la deriva,
estoy harto de fracasar,
y también de tirar mi vida,
pero yo solo no puedo seguir escalando hacia arriba,
estoy cansado de tragar saliva.

Tengo que aprender a valorarme,
a saber quien soy yo,
no sé como prepararme,
solo sé que en esta vida solo hay un Dios,
así que debo aprender a aceptarme,
pero como aceptar en estos tiempos que corren hoy,
si nadie me acepta tal como soy,
si cada día al despertarme,
me doy cuenta de lo que soy,
un desgraciado, que nunca va a poder ser,
una persona a la que todos quieran estar con él.

Me muero de sed en este desierto,
las aves vuelan a mi alrededor,
por si me desmayo y caigo sediento,
camino dando vueltas sin control,
buscando aquel resplandor,
a lo lejos me parece ver un lago,
me dirijo sin temor,
cuando llego y veo que es mentira,
es solo una ilusión,
caigo en las arenas del desierto,
agotado y sin fuerzas por esa alucinación,
preparado para que claven sus garras,
y destrocen mi corazón.

Marcelo Hernán Tezza Lusardi