Viaje

Estábamos ahí. Se oían voces antiguas murmurando frases repetidas en eco por la memoria,
se veían gestos nuevos tratando de apagarlas,
distancias inabordables tomando forma de caminos que se iban transitando.
El temor de encontrarse alli donde la primera persona se desvanece y toma forma un singular yo.
Cómo vuelve uno a llamarse por su nombre?
Radical encuentro este de perderse tantas veces en el silencio.
No hay lenguaje cuando todo él está empañado en una mirada.

 

Bienvenida Cecil,
tu poema, (con algo de prosa), logra a mi entender una sensación de pérdida de la realidad,
como una atmósfera de inseguridad en el reconocimiento de la propia identidad;
tal vez el llanto, o quizás una presencia, un recuerdo, contribuye a crear esa desorientación, muy bien lograda;
un abrazo,
edelabarra

 

Me gusto mucho tu escrito, un placer pasar por aquí...
Saludos.

 

placer leer tu sentir y conocer tu pluma amiga..

 

Hola Cecil: Un placer leerte en este bello texto. Me queda una duda... es un él, el de la memoria? o es la memoria de desparecidos al que le das identidad a través de él?: Gra

 

es un EL. beso