V. Girasoles

Fascinado el ojo de mi hueca alma transpira,
excitado, un cometa de luz serpentea su orbe.
Pensar que todo era un abisal abismo, pensar
islas rosas en las puntas de los dedos.

Transmigrar la palabra al tacto,
lanzar una llama incorpórea.
Algo, en alguien quiere posar mi miedo,
lo siento, el agua se pierde, me ictericio como un girasol.

En toda sombra ósculo profundidad, y abrazos,
humeante corazón sulfura aureolas de ira.
Yo no quiero permanecer en silencio mientras me enamoro,
quisiera un rayo domesticado rasgandome el pecho.

Ya no me enamoro, ya la mañana de Dios es polifémica,
estoy cautivado por el rencor y los espejos rotos.
Un lúgubre sueño de senos me cobija,
hormigas de leche me caminan, mi ombligo un reino, hogar.

Multiformas, multiversos, multianhelos,
en una extraña epifanía ambrosío y sostengo el fuego.
Estoy despierto mientras mi asesino se desesperanza,
han traído el elixir unas abejas. El timbre suena.

Me asomo al finito próximo de la ventana,
hay gentes y ruidos que detesto.
Un sorprendente tigre que es gato esquiva a un perro atado,
creo en el vértigo agostado. Mañana es primero de agosto.

Mañana quizá salga al mundo, voy a despistar el espacio tiempo,
voy a insensibilizar los números de mi poesía
y con dos o tres azúcares le diré al café
oye, hoy soy real, oye hoy soy real… mañana, mañana.

 

Un estado de leve conciencia en el que lo real transporta materia del sueño para plegarse en lo infinito. Excelente composición, me encantó.