Su nombre

. . . Nuevo a cada instante y siempre el mismo, amor paradoja del alma que por ti me nace cada día.

Su nombre, breve oración,


luz que la oscura soledad ilumina,


plenitud que los vacíos llena,


fuego que el hielo del corazón deshace,


bálsamo que todas las heridas cierra,


paz que con todas las guerras acaba,


verso que la diosa Venus

a los amantes regala,


flecha certera que Cupido dispara

para despertar al amante que duerme,


mantra que al éxtasis te lleva,


proclama que al corazón

su dueño anuncia,


sagrado talismán que el abismo

de la duda salva,


llave que las puertas de nuestros

cielos abre,


canción de amor que a la

tristeza frustra,


acertijo de Dios,

compendio de la persona amada,

su nombre, la palabra más querida.


. . . Si no sabes si amas

di su nombre,

que decir su nombre es

recordar que se ama.

 

Su nombre aparente vacío jarrón, que toma vida con cada uno de tus besos por rosas, recordar al jarrón es dar vida a la fragancia que en vida contiene y a tus labios impregna.
Mencionar su nombre es abrir un paraiso de sensaciones compartidas y miradas que se funden al derramarse el amor sin reservas.
Si no sabes si por amor ardes, dí su nombre y tu fuego clamará su leña al instante.
Un gusto acompañarte y adjuntar esta alegre paz.
Vidal

 

Bello, sensible y sentido poema, me ha gustado amigo poeta. Un abrazo. Paco.