Soñador, ¡despabílate!

Soñador, ¡despabílate!

Abro la puerta y caigo en el café matutino.
Me ahogo en mis propios aullidos, me hundo en el colchón.
Una vida de ficción, con papel picado y cuentos de hadas.
Un amor de ficción.
En mis sueños soy el guerrero, el espadachín, el brujo y el clérigo.
Sobre la mesa retorcida soy el bufón del reino.
Bajo el escarpelo soy el cuerpo operado por un artista pop.
Pupilas cerradas, ¡hola!, somos tus recuerdos.
Bostezos de burbujas de jabón, soy el emperador alienado.
Caminante junto a los ancianos, soy el silencio. La parca que los guía al entierro.
Junto a la fuente de aguas danzantes y amantes apasionados,soy el poeta. Negación.
Sombras y susurros de pecados, en las iglesias, sus confesionarios, psicólogos y Freud.
Redención, amigo, redención.
Bancos, fábricas, dinero, prostitutas y trabajadores. Todos en fila marchan inducidos por el ritmo de la canción, ¡compro, vendo, compro, vendo, señor!
No puedo creerlo, ¿es tu abuelito el que esta bailando en el cine porno?
Son tiempos modernos, amor.
El remate de Chaplin por Internet terminó ayer, y yo sigo pensando en vos, en este mundo de crayón y vino espumante.
Lo que no fue es lo que mas me adormece.
No hay alcohol que me puede hacer olvidar el NINGUN momento que pasamos juntos, los hijos que NO tuvimos y la vejez que NO compartimos.
No hay ningún transplante de corazón para un disco de vinilo roto.
No hay café matutino para un soñador hundido en el colchón, como yo.

www.ciudadalienada.blogspot.com
Federico A. Aisenberg