Querida alba

¡Oh, querida alba!
Tú, preciosa, que acompañas al sol
con nubes de oro;
Sí, tú, el universo esperó por ti
y por ese olor.




Aquel celaje,
sí, el que tiene mucho aire gélido,
es envidioso,
de tu cara, ese rostro besado;
¡Ya quiero el alba!




Y mientras tanto,
sin contar fronteras o países,
sé dónde verte;
así, espero todos mis paisajes
para admirarte.




Soy tan holgazán,
me da pereza tener paciencia;
no puedo dormir,
me siento exhausto de lo que hacía;
no soy de aguardar.




Te pido perdón;
el reloj me ataba fuertemente
con amargura;
jamas te sacaría de mi mente,
¡Oh, querida alba!

D.L. Rebecca.

 

un hermoso alba para despertar en nuestra bella primavera, esplendido poema, saludos

 

Hermoso escrito, un placer leerte
ryanes

 

Muchas gracias ambos por los comentarios.