Qualia y ...

Terminé con Sergio,
porque dijo que ya se iba a morir.
Sufría dolores horribles
y yo no podía hacer nada para resolverle esa situación.
Mi perieco,
él en Argentina y yo en México.
Era como el gato Qualia de mi hija.
Tenía cáncer también, los órganos inflamados
le causaban enorme dolor.
Sus gemidos eran espeluznantes.
Lo llevé al hospital y lo drogaron.
Tenía las pupilas dilatadas,
no me reconocía.
Sergio escribía
que la grima no lo dejaba cantar
y se contentaba con solo tocar su vihuela.
Cuando fui a ver a Qualia le habían
hecho una perforación en el esófago
para alimentarlo por sonda porque no comía.
Su estómago se estaba inflamando
debido a los jugos gástricos.
Me dijeron que no podían hacer ya nada por él.
Que lo trajera a casa y yo lo alimentara por sonda.
Ya no iba a mejorar.
Les pedí que lo durmieran para siempre.
(La mata gatos)
No quería ser testigo de su dolor, inútil dolor,
porque,
ya no iba a mejorar,
ya no iba a mejorar,
ya no iba…
Por eso terminé con Sergio.
Siento culpa, una infinita culpa,
con Qualia,
con Sergio.
¿Cómo me lavo la culpa?
¿cómo la limpio?
¿cómo la extraigo?
Ojalá ellos encuentren paz,
porque yo no puedo.
Dios no entiende,
porque él no puede morir.

 

qué buen poema luciana, y qué perturbante. perturbante como un video de dross... y sin embargo, debajo se nota la tristeza.

y bueno: el amor de lejos es amor de pendejos, decía mi abuelita. qué buena era, hija de un coronel. pero odiaba a los gatos -muchísimo- y a los amores lejanos también supongo.

mierda, y ahora eso me va llevar a la canción de enanitos verdes: y de allí directo y sin escalas, a la raquel saint-cross.

jodido, ya me hiciste divagar.

un gusto pasar, luciana. salud a vos.

 

Un día mas es un día menos
y al nacer empezamos a morir
¿por qué algo tan común para todos
es para todos tan impopular?

Nacimos solos, vivimos solos
es normal morir solos.
¿Qué mas da?

Así que no se preocupe
de lo que Dios entienda
esta tan ocupado en no morir
que Sergio y Qualia no son para él
mas que dos instantes de un pensamiento.
Como todos nosotros.

Regáleme su culpa
que la devorare como un come-pecados
déjela sobre esa pacifica mesa
de tres pies como los gatos del dicho
y si la acompaño de silencio
cambiara su sabor
a solo añoranza.

 

Tu poema es muy hermoso y el consuelo es compartirlo contigo. Gracias. Un abrazo muy fuerte.

 

Un abrazo para usted Luciana, y un buen trago de ron.

 

Charlí, muchas gracias por ese comentario muy a tu estilo que me llegó. Un abrazo.

 

Todo se va, un Saludo Luci.

 

Encontrar la paz interior en esta vida es solo cosa de muy inteligentes o de muy idiotas (sobre todo de los segundos). Me gustó leerte, Luciana. Un abrazo.

 

Gracias por tu lectura y el alentador comentario.

 

Luis, muchas gracias por tus reflexivas y alentadoras palabras. Un abrazo.

 

Voy a leer te de nuevo porque me encantó su poema. Es tan real, tan actual, es como sí quisieras gritarme al oído, pero en silencio.

 

Gracias por la lectura y amable comentario. Un abrazo.