Perdóneme Señora

Perdóneme Señora
lo nuestro es imposible
y aunque mi alma la adora
la realidad no los prohíbe.

Usted tiene otro dueño
y el amor queda en ayunas
quizás solo fue un sueño
del corazón pidiendo ayuda.

Yo leí ayer en su carta
el deseo inmenso por mí
pero eso ya no hace falta
quiero que con él sea feliz.

Me llevé una gran sorpresa
al verla con él esa tarde
y hoy no aparto de mi cabeza
haberla visto con mi padre.

Mi corazón lloró sin consuelo
pues sería una impertinencia
pisar con mi padre el mismo suelo
y entre los 2 jamás habrá competencia.

Perdóneme Señora
lo nuestro no tiene cobijo
porque con mi padre está ahora
y yo solo puedo ser su hijo.

 

Muchas gracias Marisol un abrazo caluroso desde mi rincón. Un placer recibir tu visita