Patrias sangrientas

Devoradores de viento calmo,

saborea el tiempo su paso,
por este mundo tan insensible,

saborea el vernos sufrir,
porque no contemplamos lo abstracto,
porque merecemos
lo que no mereceríamos,

caminan los ciegos,
entre un pueblo enmudecido,

me enorgullezco de no ver la gloria,
de este imperio dictador,
que nunca nos riega con placer,

patria insaciable,
poder corrupto,
corrupto pensamiento,
voluntad camaleónica,
modas de eras afligidas,
porque nada cambia
si todo se mantiene en el mismo margen,

izando la bandera,

un pedazo de tela descolorido,
que conserva la sangre,
tanto de los que la defendieron,
como de los que la quisieron erradicar,

erradicaré estos encarnizados sentimientos,

cuando no observe mas insanidad,

ni viva rodeado de ella.

 

Esta vez estoy de acuerdo. Buen poema.

Saludos cordiales.