Pasión estival

Bajo la penumbra de esa noche estival
vi el reflejo de tu tez en mis ojos,
sin palabras me quedé
disfrutando de tu sonrisa.

Sentí tu calor con temor y timidez
aunque lleno de pasión y algo más…

Cuando me miras, un mundo;
cuando sonríes, un sol;
cuando me tocas, un cielo.
La caricia de tu hervor,
la pasión de tu cuerpo desnudo,
el sudor que resbala por mi seno.
¡Qué haría yo por sentir
el sabor de tu calor!

Envuélveme en tu regazo
como a un niño caprichoso,
que egoísta exige un abrazo.
Sin esperar nada a cambio
déjame patalear,
que te quiero confesar
que simplemente...
¡Te deseo sin más!

 

El deseo es lo que hay previo al amor, la pasión nos hace perder a veces la cabeza y nos quedamos -después de todo- vacíos de todo el cuerpo y la cabeza...

Así, debemos amar sin ser ciegos y encontrar el verdadero tesoro del amor.

Un beso

Eugenio