Ōmetepētl

“Don” señor de la Montaña
dueño y regente,
endereza el camino
de los que te conocen.

Con tu permiso esculcó los pechos
de quien gobiernas,
ya que riges los elementos.

Pues de quien haces guarnición,
vestida esta en naturaleza,
su falda matiz en tierra
se adornan al borde con agua dulce.

Tu poderío hace estruendo,
cuando los intrusos entran,
bien sabes quién sube,
que quieren, que buscan,
pones tesoros para que los humanos
reflejen sus motivaciones profundas.

Persiguen tus riquezas,
la fuerza de tus piedras con leyendas,
saquean tu morada por ambiciones,
siendo sangre el abono en tus farallones.


Ríos cual sangre dan vida,
lugar universal
que encierran los misterios
y la magia ¡solo aquí!


Propicio a la unidad,
consciencia ecuménica
todo en mí, yo en todo.


Encantado paraíso
de grandes edificios,
te muestras de noche[
y te escondes de día,
jugando a las escondidas.​

 

Es un hermosa homenaje característica de tu isla estimado,
llamada así en Lengua náhuatl en definición de dos montañas
Encantada de pasar a leerlo...

saludos