Muerte circular

He de llorar
lloro quizá como quien no ha llorado nunca
como un humilde hombre que toca la puerta a la noche
y sus secretos
como el que se atrapa inesperadamente en un aullido absurdo
hacia lo no conocido
y se enreda en los matorrales insignes de la maldad.

Y a la vez me río
no sin dejar de llorar
no llorando a la vez
o riendo llorando sin llorar o sin reír
solo es una risa y un llanto
un impulso sombrío que imposta una sonrisa cenicienta
y se aferra, no debo negarlo, a esta
manía de seguir viviendo.

No debería llorar
no debería reír
debería morir entre licores y caricias
entristecerme en la cima del goce perpetuo
acercarme a tus piernas
y aspirar el aroma a amapola
que no logra adormecer el óbito final.

Debería morir entre risas y llantos
dejarme atrapar por el animal alado
que soy en las noches horizontales
y subir, subir, subir,
llegar a la cima
y caer.

Todo ha vuelto a comenzar
¿Y para qué?