Mi agonía

Por si muero mañana
se que el mundo no se detiene
que respiraran como siempre

He presenciado mi muerte,
he soñado el dolor de verme partir
y estaba sola con mi ironía

Estaba angelicalmente muerta
solo yo miraba mi cadáver
y no entendía...

Era tan divino el silencio
y tan sufrido el sentimiento
de estar sin movimiento

Ni mil traiciones se compara
con sentir que mueres,
que te vas y nadie te detiene

Ni mil alegrías se compara
con despertar y enterarte
que fue una pesadilla

Aún respiro y estoy a tiempo
de llorar, reír y morir
nuevamente
​

 

Estaba angelicalmente muerta...
Que bello poema
Felicidades!

 

Gracias Anael por leerme.
saludos,

 

No te tienes en pie,
porque no aceptas
que tu cuerpo entero
es una magnífica obra de arte,
que a veces, aprehende,
captura, asimila y arresta;
detiene, cachea, interroga,
como los agentes del cuerpo
de Policía.





Y otras veces, emprende
nuevos proyectos, largos
viajes y alguna que otra
mudanza; incluso cambios
de colegio y de oficina.
Cambios de panadería favorita,
o de vivienda.


¡ Cambios, muchos cambios !





En cada mudanza, mueres.
En cada periplo, cesas.
En cierto modo, nos ocurre
a hombres y mujeres.
Cada región del mundo es genuina.
Y mudarnos a otro país,
no son pamplinas.


Otro cántico, otro aroma,
otra desnudez integral, ¿ Adversa ?
Otro carisma, otras bromas,
¿ Bromas pesadas e intensas ?
Y te reciben, haciéndote borregadas.
¿ O te reciben, sin novatada,
sino con reverencias ?





¡ Oh, mujer, qué gran adquisición supone,
su llegada, a nuestro baúl de los Recuerdos !