Marioneta

Frías espadas que surcan la sombra de mi silueta,
Afilan los bordes de mi alma,
Aturden las tensas líneas de mi pasar,
Y cortan la delicada y llana oportunidad...

Soy yo, léeme de nuevo, aquí...
En otro invierno y con un dolor medular,
Un dolor que no crece, un dolor que no cesa,
Recuerda, no arrojar la tierra del olvido sobre mi condena...

En esta fría recámara, el viento danza con mis cortinas...
En esta fría mañana, la esperanza se alimenta de mis tormentas,
En esta fría mañana, la luz del sol ya no me molesta...

Puedo olerte, verte, escucharte, saberte...
Saberte...
Sin verte...

Ahí, moviéndote con los hilos de tu destino,
Sabes que lo detestas... y ahí sigues...
Esperando el nuevo tirón para desencadenar el movimiento siguiente...
Grita... pero no podrás... llora, pero no podrás... siente, pero... no...

La última patraña, la última palabra...
Yace aún en la turbia onda de tu sincronía,


La densidad metafórica...
El egoísmo hipotético,
Y la fuerza colapsada en la delicadeza de la “palabra”...
Irónico...

Hoy no sonrías,
Sólo...
Sólo... abrígate... hace frío...
...marioneta...

 

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La posibilidad de desentrañar lo Oculto, el placer de atraversar la zona del Misterio. Una marioneta suspendida a fuerza de palabras mágicas. Sí, sí. Abriguémonos con estas palabras aterciopeladas y más allá del oscuro río del helado egoísmo.

Me encantó, Velvet. ¿Se nota?.

Un abrazo desde Buenos Aires.

 

Muchas gracias Ciela, por tu bello comentario y por esforzarte en encontrar la realidad de mis palabras, buscando su verdadero significado...
Un Abrazo.

 

Mu bonito...yo tambien, muchas veces, me siento marioneta del maldito destino...y del pasado...

 

Marioneta, marioneta... cuando se corten los hilos se acabará la función y se verá el poder de quien te maneja...

Muy buen escrito, saludos.