Laberinto

Cruzando un laberinto donde perdí tus pasos

Se me perdió también el palpitar del tiempo

Y sigo transeúnte de un vendaval de sueños

Que azota con desdén el mar de mis recuerdos

Ya no podré jamás transitar los senderos

ni escuchar el cantar de pájaros viajantes

sólo el silencio cruel es mi fiel compañero

entre abrojos que brotan del dolor y el llanto

y sangran las heridas de mis pies descalzos

andando entre tropiezos para seguir tus huellas

y se rompe la ortiga que se clava en mi carne

venciendo mis anhelos de seguir adelante

de nuevo estoy perdido sin hallar el camino

sumido en el silencio de un clamor implacable

Joel López

 

Ay, sí, que es doloroso cuando sufrimos por amor, he llegado a la conclusión que el dolor es un capricho pasajero, que debe de estar hasta cuando nosotros queramos, en estos laberintos siempre hay una salida.
Bello en su nostalgia y sentir, tu poema. Un abrazo, buenas noches, Joel

 

Gracias Marlen por tu valioso comentario, espero que sigamos comentándonos, un abrazo y saludos

 

Jlopez, una palabra tengo. Bravìsimo. Muy intrigante la retorica, una narración con sabor a tragedia, con el dolor a flor de piel. Tiene el gancho necesario para que una vez que lo lea alguien, nunca lo olvide. Felicidades.

 

Hola gracias Histrión, muy grato tu comentario, para mi es un placer, abrazos y saludos

 

Hola, muchas gracias Maramin, para mi es un placer su comentario, abrazos y saludos

 

Tantos laberintos tiene la vida y cuesta encontrarles la salida a todos, creo que algunos simplemente no la tienen. Un gusto leerte.

 

Hola gracias Robsalz por tu comentario, saludos