La tierra.

Milagro fecundo es la tierra,
alberga semillas de vida,
germina su rastro, atrevida,
y llena de brotes la sierra.

Y pinta color esmeralda,
con chispazos rosas y azules,
colmando en arroyos de tules
y en montes con flores de gualda.

Recibe a los muertos gozosa,
los mezcla y la vida reboza
siendo tan solo una, en un todo.

Son notas de igual armonía
formando la gran sinfonía
que surge, gimiendo, del lodo.
​

 

Hermoso poema... aunque en algún momento se menciona la palabra muerte, estos versos están llenos de vida y de una fuerza irresistible que solo brota de una pluma tan noble como la tuya, mi apreciada y bella Luciana.
Ni para que decir de la canción que hace marco al poema... el maestro le imprime un aura indescriptible de folclor y costumbrismo que adorna con creces el mensaje de la obra.
Me gustó tanto esta combinación, que dispuse un aperitivo para degustarlo admirando tu escrito.
Te mando una rosa envuelta en un abrazo de admiración y respeto, hermosa poetisa

 

Bristy, que bueno que te gustó, muchas gracias por comentar tan amablemente. Un abrazo.

 

Que bueno que te ha gustado tanto y te ha hecho disfrutar de tu aperitivo. Gracias por tu agradable comentario. Un abrazo.

 

Un placer leerte Luciana, Cuánta sutileza en ese cierre. Espléndido soneto eneasílabo. Saludos

 

José Luis, es grata tu presencia en mis letras y un honor tu amable comentario. Un abrazo.