La sombra

Era la sombra su pesadilla. Desde que recordaba se sentía perseguido por ella y sin saber como darla esquinazo.

No le permite intimidad, su presencia le vigila.

Un día se le ocurrió atenderle como si de otra persona se tratara y le puso cubiertos en la mesa, copas de agua, vino y ropas en un galán de noche, cama y almohada…todo.

En vez de rehuirla decidió darle conversación, apuntando en su diario lo que intuía que le contaba y fueros pasando los meses y últimamente la sombra se hacía más clara, más real.

Una noche decidió prepararla una fiesta, como una intima cita y poniendo la mesa con sumo cuidado, una cena exquisita y su mejor vino.

Los más escogidos puros, cigarrillos y bombones todos estaban a punto.

Ya en los postres, en una amena conversación, notó que la sombra se hacía tangible, clara y vio su propio rostro, sus manos y asustado le preguntó:

-¿Quien eres…?
- soy tu conciencia.

Se estrecharon las manos y la sombra dejó de serlo...

Se integraron.




Rosario de Cuenca Esteban



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Cuan mejor nos iría si la integración en todo existiese cada día, muy original tu escrito, en tus letras no juegas a cualquier cosa, siempre dejas abierto el pensamiento.
Te dejo estrellas y besos con...
Un te quiero amiga.

 

Muy buen tema para reflexionar.

Saludos amiga.

 

En realidad sería lo ideal, todo nuestro como única esencia, la divinidad hecha realidad, me encantó. Linda tu prosa, lindo tu ser Rosario, un beso grande.

 

Muchas gracias, amiga
un abrazo, fuerte,
Rosario

 

Me alegra mucho que te guste, amigo
Un beso
Rosario

 

Me alegran muchos tus letras...
muchas gracias y un abrazo fuerte,
Rosario