La comodidad.

No sé cómo describir esto.
Es una sensación de soledad y silencio, la nostalgia del vacío que dejaste, aunque fui yo quién se marchó una parte de ti se quedó.

Quizás es la belleza del recuerdo, lo sublime del momento de dos cuerpos que se entienden sin hablar, es el miedo de no volver a amar igual.

Es despertar un domingo sin el reloj de tus besos, sin la calidez de tu cuerpo al dormir, sin la seguridad de tu compañía, de tu presencia en las noches frías. Sin la luz de tus ojos, la sutil presencia de mis días que hace más profunda tu ausencia.

Me fui siguiendo mis sueños y me decepcione al tener mil expectativas. Soñé que un día vendrías pero la verdad no pudo ser más esquiva.

Solo espero que la comodidad te abrace por las noches y te diga todo va a estar bien amor de mi vida, solo fue una pesadilla, te de un beso en la mejilla y le corra la cortina a la luz en tus días, solo espero que nunca te arrepientas de dar el salto con el miedo, que no despiertes un día y te mires al espejo preguntándote tarde por qué no me arriesgué con esto?

Sé que estaré bien, he vivido esto antes, por experiencia sé que vivir y amar duele, de eso se trata. Luche tanto por construir un nosotros, que hoy solo queda el singular de un amor que ya no es.

Y me pregunto sí realmente me amaste? Cariño, realmente me amaste? Porque no cabe en esa frase una respuesta que se respalde con tus acciones. Solo me miro en el espejo y lloro en silencio, es una risa ahogada en el llanto, una sonrisa que no es feliz pero se esfuerza por serlo.
Al final, la mariposa entendió que nadie puede volar por ella, después de mucho arrastrarse comprendió que sí tenía alas, nadie podía volar por ella.

 

Es un enorme placer pasar por tus letras. Un abrazo

Andi

 

Excelente escrito de amor, de ese amor que duele hasta que desborda.
Un cariñoso abrazo.

Mauricio