La brisa.

Cenizas que el viento llevó
a toda prisa.​

Hojas perfectas de árboles
que se aglutinan.​

Pedazos de alma en el monte
de la ternura.​

Dos cuerpos desnudos que despiden la piel.​

La brisa​

y tus manos,​

la brisa que sigue a tu voz.​

Sentidos,
que buscan un mundo perdido
al desquitarse la tarde en la brisa
en tu silencio.​

Pero hoy siento en la brisa
la noche ausente,
ni las cenizas de fuegos candentes
que me despierten.​

Tus manos descontinuaron
la caricia pura​

y esta brisa helada que pasa
llevandose
sólo recuerdos.​

 

Apasionados versos entre los que destaco

Pero hoy siento en la brisa
la noche ausente,
ni las cenizas de fuegos candentes
que me despierten.

Una maravilla

 

Gracias apreciado poeta Luis Rubio. Es un honor reibir su comentario y la sección más resaltante para usted.

Gracias por no dejar este poema en soledad.


Gracias infinitas.



Elik.