IV

de : RODILLAS MUERTAS


Como purpúreo presagio
en la habitación, entra el frío.
Es el corazón del cuervo de invierno,
su corazón: ese nidal de moscas, repugnante,
que se encaraman en las infusiones toscas
del humor vil de la urbe invernal, INFERNAL…
El vuelo del cuervo de hielo
abre la puerta, al polvo lo levanta
el latido aumenta hasta
que se pierde todo
por el miedo…
Se pierden muchas cosas en el día,
en la ciudad, todo por el miedo
Así, yo me encierro
(Y me entierro)
en la habitación para no ver,
para no saber,
para no sentir ese presagio
cierro mis ojos hasta quedarme sin ellos,
y deseo que todo esté lejos,
que se desvíe esta tristeza
que camina con mi sombra,
con mi pie, con mi ombligo,
con mi cabeza, con mi sombrero…
¡Es imposible!
La puerta siempre se abre:
Entra el cuervo volando,
no sé como cortarle las alas,
vuela burlándose de mis ojos cerrados
que no quieren verlo…
¡Abre la puerta!
¡Abre mis ojos!
Ah la tristeza y la plumífera hiel del frío
que viene del crío del cuervo de la tristeza,
de quedarse muerto…


Abren la tumba.

 

Espectacular...no sé que más decir...

 

gracias por leerme

 

Preciosa obra. Me recordó mucho a Walt Whitman. Te la aplaudo.

 

gracias por tu comnetario

 

rodillas muertas, miedo de andar, el caminos nos aclama pero nadie nos abre la puerta.
genial escrito
guerrero verde

 

gracias por leerme .=)

 

Las rodillas se desangraron harto antes de morir. Fabuloso.

Saludos,

 

gracias pro tu comentario...

 

Versos bien logrados.
Abrazos
Chepeleón

 

Excelente tu obra !!... muy subjetiva y profunda

 

gracias por tu comentario


paz