"Háblame..."

"Háblame..."
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Háblame de frente...
no intentes irte lejos.
Háblame sin miedo...
o solo escúchame una vez.
Escúchame, no te marches...
claramente óyeme.

Háblame sin perder mi ausencia,
sin dolerme, sin matar mi amor.
Háblame del porqué te lloras
y de como adentro gritas de dolor.
Háblame si aún no me entiendes,
cómeme entero, trágame vivo.
Háblame aunque quieras matarme,
háblame claro... háblame por favor.

Háblame si siento tanta furia
peleame, dilo sin perdón.
háblame, célame del tiempo
quitame las ganas, el miedo, el dolor.
Háblame... si de tanto esperar
solo sientes que te ocultas.
Háblame a pesar de que grite desde adentro.

Háblame... sin miedo a escuchar mi voz...​

 

Hola un llamado desesperado, espero que escuche tus gritos y acuda a ti, un gusto leerte. Saludos y estrellas
¡SONRIE!

 

Es mejor confrontar que la evitación pemanente y eso que tu pides es en esencia lo que subyace en el mecanismo de la comunicación que es la colaboración.