Fulgores

Algo emergerá del espejo de agua.
Una guijarro al ras fluctúa.
La rítmica zambullida tilda tu silueta
y cuando la rosa de los vientos escurra.
El rocío de la colina expandirá el sextil
Donde la constelación explora los pendones.

Nuestras palmas engarzan loas al cielo,
a media luz disloca emblemas del mercurio,
y entonces llega marzo: el singular retornó
de la acrobacia: arabescos de golondrinas.
Ondulantes, andorinas con rapidez pausada.
Sinuoso vaivén celestial sin alarde predecible.
En el arrobo los mirones balbucean
¡oh morosidad del todopoderoso de los pájaros!

La soledad atrapa:
me encierra en su guarida
apresa la emoción de ser a tu lado,
de estar y de no estar.
De ser el presente en la odisea
Vencido hasta la náusea: errante
Seré el vagabundo del cristal avistado.
Seré el jaspe de los fulgores ciegos.

 

El ser y el no ser, conectando el pasar del tiempo con lo invisible, crea una gran tensión a lo largo de todo el poema, pero la lectura es muy serena.
Gusta mucho.
Un abrazo cordial.

 

Me parece atinada tu apreciación, Extravagante. Como posiblemente sabes que el ser y el no ser, juega en nuestras emociones un rol fundamental, no hallé otro modo que utilizar la metáfora conceptual para justificar la conexión del efecto que aprecias. Un saludo respetuoso poeta. Julius

 

Tu modo o forma de escribir o expresar tus poemas es muy singular.
Al mismo tiempo que utilizas la sutileza, vas dando pinceladas de notoriedad.
Las metáforas son como cañonazos, todos en la diana, e inspiran confianza. No te voy a mentir también me inspiran para mis textos.
Un abrazo cordial, Julius 12.

 

Es cierto. Posiblemente haya en todos ciertas coincidencias. Saludo y abrazo. Julius.