Encrucijadas (2)

En el revés nadie se mueve;
no se ven animismos ni a los otros
podría ser una
trampa,
podrían ser náufragos prestos a las celadas.
Águilas imperturbables lamen el
recinto del valle.
Colina abajo medra el alimento.
Los que retroceden miran hacia
cualquier punto para avistar
el prodigioso relinchar de la tropilla:
el retumbar de los cascos
también
divisan la docilidad
en los establos.
Las aves poderosas planean sin compasión,
en la manada de ovejas
hay un Pastor
dispuesto.
Por fin se agolpan y se atragantan:
y arrastran corderos hacia arriba.
En la noche cerrada frente a las fogatas
cabezas humanas estallan.
No resisten la verdad: fueron con
Van Gogh a Groot Zunder y los Soles.
De resultas consumieron con furia
las mutilaciones y fueron a los caniles
de babas rabiosas.
En la soledad - ante las fogatas -
rumiaron sus penas,
y en la luz del abismo
deshicieron los jirones.
Es que en revés nadie se mueve.
Sólo se es náufrago de distintas celadas.