Egoismo

Pobrecita aquella madre....
que dio todo y no dio nada
esperando recibir
de sus hijos la mirada.

En su angustia y su clamor
ignoraba sus pisadas
maltrataba su existir
su conciencia exasperaba.

Pobrecita aquella madre
que sucumbió ante su nostalgia
dio su vida en tierna entrega
pero recibió la espalda.

De joven tu la veías
con sus hijos alardeaba
y su orgullo era tan grande
que ni su pelo peinaba.

Su esposo humilde a su lado
no reparaba en alhajas
para sus hijos queridos
que crecían y criticaban.

Pobrecita aquella madre
la depresión enfrentaba
enfermedades y penas
con sus hijos no contaba.

Ya la vejez ha llegado
implacable, pobre y sin paga
sus hijos, estériles ramas
no perdonan su ignorancia.

Que mal hice? ella gritaba
no es suficiente mi alma?
no comprenden mis heridas
sufro porque no me hablan.

Por eso pesa su historia
por eso llora con ganas
porque teniendo cuatro hijos
y al final no tiene nada.

 

Conmovedor, estupendo poema magnífico de maravilloso.

 

Que triste historia y cuanto pasa !!! Sin embargo mira como son las cosas que una madre perdona hasta eso,,,yo conoci algún caso.... un verdadero placer Olga saludos y estrellas mil