Droga

Corría como una droga milagrosa
por mis venas el amor.
Era como la savia provechosa
que alimenta a las hojas
de un árbol ese amor.
Lo que yo no sabía
era en qué se convertía;
pensé que el ardor
profundo en mi pecho,
era por el efecto
de tener llenas
las venas
de amor.
Pero no me daba cuenta
que esa droga
milagrosa
en realidad era
veneno
y sin piedad estaba destruyendo
mi alma,
hasta que fue demasiado tarde
intentar sacarla
de mis venas al amor.
Hoy
estoy convencido
que el amor es lo más nefasto;
que no es cura contra la soledad,
acaso lo contrario.
Esa droga se vuelve espesa
como el barro y ya no corre por las venas
como bálsamo,
sino que envenena
esa droga llamada amor...
​

 

Peligrosa droga, que como las drogas, nos atrapa, y no hay vuelta atrás. Un agrado leer tu intenso trabajo amigo. Te aplaude, Drümz.