Destino volcánico

Eructa con fuerza
la vieja montaña,
anunciando de nuevo
lo que inevitablemente
habrá de ocurrir.

Pablo sigue sembrado
en aquel lugar...

Como los tubérculos
que a diario amamanta
ese suelo volcánico.
Como su abuelo
y su padre,
que aprendieron
a ahogar las penas
haciendo parir a la tierra.
Como la esperanza
en lo auténtico,
que reside en cada mazorca
de sufrido maíz.

Pablo sigue sembrado
en aquel lugar...

Al igual que su pueblo
desde data inmemorial,
primero implora
la compasión del
cercano gigante,
y luego confía
en la cosecha venidera.

- G. Arroyo, 20/IX/2011 -

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