Desesperadamente separado

A veces te separan,
te hieren con las balas.
Emanan el encuentro
que nos separa.
Abrazan el desencuentro
que nos depara.

Sentado me siento
en el sillón de la desesperanza
escribiendo con un rotulador casi naranja
y beso en mi casa
el recuerdo de una mañana con sexo en mi cama.

Anhelo el exceso de amor
bajo sábanas,
el calor de saunas
entre mantas,
el temblor
de esa humilde cama.

Sin ganas de aborrecer
la resaca del día siguiente
amago el silencio de mi voz,
de mi boca ardiente
que con colores neutros esclarece.

Expulso con susurros
de tinta y borrones
mis desesperadas ganas
entre estas paredes casi inocentes.

 

Encanta tu versar, tiene la fuerza del desespero y del anhelo perdido.

Un saludo de buenas noches

ladulcec

 

que cierre, es como palpar ese instante, saludos

 

La fuerza del sentir que trasmite tal cual es con toda tu tristeza. Es muy bello lo que leo, felicitaciones y un abrazo grande poeta.