Cuento humano

Lengua tierna,
gélida piel,
alma de carne y luz,
mente lujuriosa,

cavidad placentera,
pechos y corazón,
erotismo e impetuosidad,
placer y alarde,

mis alas se queman con tu vuelo,
se ennegrecen mis días,
aún más sin tu mirar,

se mueven mis plumas
al ritmo,
en el vaivén de tu pelo,

velo asesino,

mareas de viento y tarde,
caigo en tus nubes carmesí,
como paladín perdido de obsidiana,

hundido en tus penumbras,
tanto,
que las noches parecen sueños,
y los sueños, días,
y los días, siglos,

ahora,
en tus aposentos ecuánimes,
mi exánime fulgor,
iluminando a duras penas tu vida,

eras de tanto tiempo, eternidad,
de tanto ostento, divinidad,
de tanta belleza, humanidad,

pero ahora,
tierno divagar noctambulo,
solo una dama de carne y hueso,

el amor,
flechados por ángeles,

besos entre cada suspiro,
entre cada poro, pasión,
entre cada mirada, templo,

hicimos del tiempo cuento,

y entre ósculos de buena fe,
tendremos nuestras propias páginas,

para mutuamente la vida robarnos,

leernos

entre gemidos

nuestro final.