Confianza

Nunca he sido muy digno de confianza,
como no lo hemos sido la mayoría
de los hombres que caminamos el mundo,
que caemos cada vez que nos golpean,
que lloramos cuando el alma reboza
de dolores y de ausencias...
Nunca he sido de confianza, para el sol
que se levanta puntual en las mañanas,
ni para los amores transitorios
que se pagan con sangre y lagrimas;
para los amigos que no son tales
y abandonan la procesión de mi entierro...
Nunca lo he sido, de esos muchos,
que abandonan el baile cuando acaba la música,
y que dejan de dibujar mundos y colores
cuando se ha mojado el papel y se ha secado la tinta.
Yo no he sido, soy o seré de confianza
de aquellos que necesitan tenermela
para visitarme de vez en cuando en un beso...
Porque yo no soy un confiable reloj suizo,
ni el exacto ritmo de un marca-pazos en tu pecho,
soy un hombre, lleno de miedos y defectos,
que aun así cada mañana eleva un oración
de versos, dolores, amores y huesos y sangre.
Que respira del aliento del mundo
y exhala en tu boca cada mañana un nuevo día,
una nueva oportunidad de amarnos.