Cojera

COJERA

Parece en las mañanas que voy cojo
del alma peregrina que renquea
y el defecto no importa que se vea
aunque produzca en mí cierto sonrojo.

Espero que me arranques del despojo
mi espíritu que tanto me flaquea
que yo diré mi despegado “sea”
llevándote mis versos en manojo.

Para que críe el pútrido aposento
las semillas que, transportando el viento
se conviertan en coloridas malvas.

Así me curarás de la cojera
que se me quitará cuando me viera
en las llagadas manos con que salvas.

Salvador G. Moles.
7/11/2025

 

Muchísimas gracias, querido Maestro, por esa buena consideración con este poema que, efectivamente, dudé en situar en el foro que señalas. Si lo crees conveniente trasladarlo hazlo sin resquemor alguno. Con un muy grande abrazo.
Salvador.

 

Ya sabes, Salva, que soy devoto acérrimo de la religión, aunque también sabes que mi religión no tiene nada que ver con el resto; es por eso que, dentro de mis cánones, denoto la profundidad y el sentimiento puesto en este tu soneto, siendo consciente de que cuanto dices es tu realidad.
Cada cual busca su punto de palanca, y si a ti te sirve, por mi es válido, faltaría más.
De la calidad del poema poco puedo decir, no hay más que leerlo para comprender. (En realidad, me acostumbraste tanto a tantas buenas letras, que muchas veces me quedo sin palabras... tú sabes.)
Te agradezco el reingreso en esta galaxia, universo, Matrix o lo que sea.

Un abrazo.

 

Como ya te voy conociendo, sé de ti en este aspecto de la realidad humana. Y sé también que hasta en tus metáforas más escabrosas hay un punto de respeto indudable. “Padre, Padre, por qué me has abandonado” dijo atravesado por tres clavos a punto de morir. Si Él elevó su queja de esta manera nos dio permiso para quejarnos a nosotros también. Poco antes también le dijo a uno de los que estaban crucificados a su lado que se lo llevaría con Él y éste era un malhechor. “Salvador, lo importante es ser buenos”, le dijo un compañero profesor de química musulmán a mi padre en un congreso. Y tenía razón. Sobradamente has demostrado tu bondad, según me consta, querido Manolo. Eso es lo importante, lo demás, palabrería. Dios os bendiga siempre. Os quiere,

Salva.

 

He perdido el manejo. La cita debería ir antes.

 

Maravilla de soneto. Todo un placer leerlo.

 

Celebro mucho que mi propuesta sea de gusto, estimada Luciana. Con mi gratitud va un muy afectuoso saludo.

Salvador.