Cautivadora diferencia

De nuevo atravieso el velo de la ilusión y aunque la decepción traspase mi corazón, ese sentimiento no lo puedo apartar completamente de mi razón.
Aun así los tiempos no se olvidan y quizás he aprendido a asimilar la derrota, aprender a llorar sin poder gritar. Ah intentar comprender la realidad en la que realmente nada sucede por casualidad.
No tengo miedo ahora, no le temo al amor, no le temo al dolor, el temor que es un ladrón al que no guardo rencor y el dolor un ensayo de la muerte; un soneto amargo de la suerte inexistente.
Sueños exuberantes resplandecen en mí como fantasmas de la imaginación de una bella creación.
Creer mas allá de lo que puedes ver es difícil de entender pero tal vez lo único que se debe hacer.
Confiar en el umbral de las palabras y de las miradas desinteresadas, bellas y perfectas que se acercan a tu vida sin siquiera pedirles ayuda.
Personas nuevas que te llenan de expectativas; Nuevas vidas colmadas de nuevas ilusiones, de ingeniosas alegrías, de dulces pasiones cargadas de tiernas emociones.
Entes distintos superando todo lo que antes un día habías visto.
Esa suave voz que mece y estremece mi alma dejándome sin armas, sin protección, aumentando las ganas de formar parte de tu corazón.
Tan nueva, tan distinta eres… Sácame de esta fría prisión si lo prefieres lléname de pasión, se mi razón, mi eterna motivación, el ángel que ahora es mi inspiración

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