Caja Peruana

Nada dije, nada
y su muñeca quedo doblada indicando el corazón.
Quizás el ventanal de sus ojos, mostrando la colosal primavera,
el miedo al silencio del tiempo que nos esconde cada vez más los rostros,
entre los lanados y las patas de gallo.

Quizás el hombre sabe, sabe de mí y de lo que digo,
antes de que lo diga.


Me ara con preguntas, pierdo mi efecto entre el silencio
No puedo evitar la necesidad de pensar mi vejez.
Llevo un cuarto del recorrido, y creer que viví bien
sin aun realmente haber vivido.

Sentirme contra las cuerdas,
sin al rin haber subido.

Mi fanatismo por envejecer sin que el tiempo pase,
Y al final, cuando todo esto realmente ocurra,
creeré que siempre estuve expectante por un final
que nace siempre y cuando exista el recorrido.

 

Guau!!! bellísimo!!!
http://andreszuniga-escritor.blogspot.com.ar/