Breve canto

A la vuelta de cualquier crepúsculo me iré,
y seguiré cantando tu presencia,
tus besos,
alzados sobre la torre de las lágrimas;

Un día acudiré al agua primigenia de tu leve recuerdo,
para agotar la sed de mis ultimas canciones,
para encontrar la huella que dejaron tus piernas,
en el amado valle de esta tristeza mía;


A la vuelta de cualquier crepúsculo te iras,
peregrina mía,
poseída por los dulces puntos cardinales,
de tu sangre anterior a mi encuentro.

No te veré partir,
lo sé de muy adentro,
es certeza,
nacida de la secreta hoguera que vive en mi costado.

Te iras,
cantando desolada la balada de Lili,
yo ignoraré tu herida,
tu regreso a ti misma.

Y seguiré invitándote a besar,
la armonía del aire mañanero,
a buscar,
un amoroso suelo donde morir los dos.