Belia

Deja que tus pies se laven
rociadas con aroma de jazmín,
déjate vestir con túnica blanca,
limpia como alma que procede del cielo.

Aromatiza el ambiente de quietud
y que tus manos como seda fina
toquen la mano de Dios,
donde partiste ahora por la mañana
​

Dejando tu consejo discreto
y susurrando a los que te quieren
que aún permaneces aquí, en el corazón.

¡Mujer labrada de palabra santa!
​

 

Algunas personas aparecen en nuestras vidas para dejarnos alguna eseñanza, o algo extra a nuestras vidas, para seguir adelante en esta vida de variedades. Pero siempre pasa todo por algo yo creo que no existen las casualidades, o usted si?
Me gusto mucho su poema, espero seguirle visitando mas adelante y no dejemos de escribir, porque escribir es bello.

Salu2

 

Bellos versos llenos de melancolía, saludos