Amonestación

No temas al león que en la llanura
deja con un rumbático rugido
al silencio en la nada convertido
y estremecida a toda crïatura.

No a la serpiente de color obscura
que entre la arena muévese sin ruido
e inficiona el regalo más querido
con implacable y rábida presura.

No al primitivo y devoraz marrajo
que recorre las vías abisales
por brindarle a la muerte un agasajo.

Teme al odio de voces demoniales
que tras servirte un pútrido tasajo
te hará beber agujas y puñales.​

 

Después de la consabida visita al diccionario, no puedo menos que felicitarte por tu soneto y tu siempre sorprendente riqueza de vocabulario.

un abrazo
jorge