Adiós inmerecido

Frente al altar santo para casarme contigo
vestía yo finos matices blancos
y grandes ínfulas de miedo
de los muchos amores al recuerdo...
Y todo,
para casarme contigo.

Volví mi mirada callada hacia ti
para clavar mis besos en tu boca
cuando fue entonces que abrí mis ojos
y sólo encontré el viento.

Batí en mis espadas
la blandura de mis lágrimas
y un adiós inmerecido
que se fue contigo
en la mañana.​

 

El adios de un beso real o solo un sueño...nos dejas una bella inspiracion de amor irreal...Mis saludos y mis etrellitas para tu pluma.