No permitas...

No permitas que la distancia
teja velo de olvido
abre a los ojos ventana,
cierra al adiós el oído
toma pequeños sorbos de viento,
vive amando complacido
despojado de oxidada armadura,
libre de amargos auspicios
remonta el corazón a tu boca,
y deja que la emoción, recupere libre albedrío,
advierte, que el reloj, imparable,
trae el deterioro presentido
mírate, mírame, hay un anciano
en las pestañas dormido,

 

¡Oh, un anciano en las pestañas dormido! Qué preciosa imagen.

Que se despierte el niño colgado en el riesgo del Olvido.

Un abrazo desde Buenos Aires.

 

El final es muy ingenioso, y el resto del poema es precioso, mis cumplidos y
mis besos efervescentes y abrazos siderales
para ti
desde aqui.

 

Bonito poema y buenos consejos. Un saludo.

 

gracias ciela, el niño hace tiempo que dejó las pestañas, un beso