Rastro

Quiero pedirte una cosa,
no importa si desafías el lerdo
ruido de los pasos que se golpean en el camino,
¡No importa! la ventaja de noches como esta
hace inminente los miedos sobre la vela solitaria,
tal vez no es miedo el impulso de desaparecer,
ahora bien escucha, cuídate de las caricias
que se revelan cálidas en el aura arropando secretos
bajo las sábanas y de la estela despierta rompiendo el silencio;
solo eso por ahora…

El lienzo tejido de luces ampara los prados
y la brisa en tu cabello resalta en este miedo
los castigos que destierran a la noche,
el astro que se posa dormido pincela
la sonrisa macabra dentro de la herida,
y la diferencia en el firmamento
lo resalta lirios negros como enlutando un lago
profundo de rastro gris perdido,
desvanecido en el brumal sobre las montañas frías.

Quiero pedirte una cosa,
tal vez esta sea la última prueba
de los charcos enlodados , la última
semilla postrada en su tiempo,
en su nube de cristal que hace espacio
en la piel lacerada;
ahora bien escucha, cuídate de las cartas con lágrimas,
floreadas en silencio y marchitas con tristeza,
las estrellas conocen de sueños sombríos
donde el corazón descansa en una pequeña rosa en el pastizal,
nada crece más allá de los pasos incorrectos;
solo eso quiero ahora…

No pude olvidar el aroma de lirios
en el naufragio de joyas aceitunas,
como un hoyo infinito en el alma ,
un crepúsculo cerúleo en las ventanas,
hay sepulcros que se encadenan como heridas
y tu pequeña figura se pierde en los espejos rotos,
de color de una estrella, pura como una mariposa
triste como el otoño…
quiero pedirte una cosa,
aunque desmayen los muros intrínsecos de fiebre
asolando la vista entre ramas interfectas,
y aunque las piedras de río suenen,
cuídate del rastro que dejan las huellas profundas,
solo eso y nada más…