Liras ligadas logran labrar los lúcidos locos

Me llena de emoción
el volvernos a ver esta semana;
es alegre ocasión,
música de campana
donde el alma se siente más liviana.

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La chica era alemana,
tomaba el sol del cálido verano
y en aquella mañana
cuando agité mi mano
entendí, compungido, que era en vano.

 

Soy antediluviano:
aún creo en la paz de la lectura,
asirte de la mano
sin la menor premura
o en prisas de una noche de locura.

 

El tiempo nunca cura
las lesiones que infligen en la vida;
crece la cobertura
que envolverá la herida
protegiéndola mientras se la cuida.​

 

Me gusta mucho el druida
creador del brebaje milagroso
que a la Rioja da vida,
néctar maravilloso.
Hay quien quiere quedarse con su poso.

 

Se abalanzó impiadoso
el viento sobre el pino encanecido.
Luego, un manto brumoso
mortaja del caído
fue, dejando un otoño entristecido.

 

Siento que no te has ido
y que un trozo de ti se ha quedado
con los que te han querido,
quedándote a su lado
hasta que el duelo se haya superado.​

 

Semicalificado
para los cargos públicos el tío,
está ahobachonado,
bebiendo como un crío
de las tetas de todos en su avío.

 

Es mucho lo que ansío,
escribir unas liras que se entiendan
y para ello me alío
con plumas que refrendan
estos versos humildes que no enmiendan.

 

Vosotros no escarmientan:
liras, Madera, coplas y quintillas
constantemente inventan.
¿Es que causa cosquillas
la interacción, chiquillos y chiquillas?

 

Son las cosas sencillas
que jalonan la senda de la vida,
sutiles maravillas,
esa chispa prendida
que alumbra la distancia recorrida.

 

En un túnel, perdida,
navegando los ríos de tus venas
se hallaba desvalida
tu dignidad. Las penas
no se hunden, sanguinas, con cadenas.

 

Resuenan los acordes
de tambores de guerra en lontananza;
menos lejos sus bordes,
más cerca la matanza
si no para el salvaje en esta danza.

 

Armado de paciencia
el guerrero emboscado el paso guarda;
pronto la diligencia
de un caballo con barda
asaltó con su espada y alabarda.​

 

Te tuve por hermano,
más que un amigo en el corazón
y te tendí la mano...
No entiendo la razón
que puede haber detrás de tu traición.​

 

Es la humana condición,
que no cambia en el curso de los años,
prueba de degradación
del hombre y sus amaños
por lograr sus anhelos con engaños.

 

Contra fieros extraños,
en lides de amor, defiendo mi suerte
para evitar los daños
de los hados de muerte
que a diario me impiden volver a verte.

 

El volverse más fuerte
no significa volverse insensible
si no hacer de la muerte
compañera invisible
con la que dar alcance a lo inasible.​

 

Ayer salto el fusible,
a oscuras me quedé con mis poemas
y resultó imposible
recuperar los temas
que en sueños olvidados fueron lemas.

 

Son todopoderosos
los sucesos más hondos de la vida:
los momentos hermosos,
la vuelta y la partida
de un vástago a una tierra prometida.

 

Desde tierra batida
París le vió volar a cielo abierto,
jugar cada partida,
tocar cada concierto
y gritar en la pista que no ha muerto.

 

Permanece invisible
la marca que tus besos me dejaron
sobre la piel sensible
mas no la abandonaron
siendo recuerdos de quiénes se amaron.​

 

Claros como cristales
son tus ojos azules que me miran
como si a dos viales
de aguas limpias que viran
incidiera la luz del Sol que admiran.
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