Maternidad XI- Comprendí del amor su eternidad.

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Yo no les puedo hablar desde esa voz
de la joven que sufre un embarazo,
que sus sueños se pierden de un plumazo
presos de una maternidad precoz.

Ni de otras tantas voces infantiles
víctimas de costumbres ancestrales,
que arrancan los capullos de rosales
sin dejar que florezcan sus abriles.

Fue mi maternidad afortunada:
Llegó como la luz de un nuevo día
mi sueño convertido en realidad.

Y al sentir que en mi vientre se movía
el fruto de una vida deseada
comprendí del amor su eternidad.
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Así es Luciana, los hijos, aunque a veces por circunstancias de la vida, no sean bienvenidos, siempre son bien hallados. Ellos son el milagro de la vida, y nos salvan de todos nuestros miedos, y de nuestros demonios. No importa como vengan, ni lo sufrido; importan sus caricias, y las nuestras, importan las complicidades del resto de una vida. Los hijos se aman siempre, aunque no se hayan parido.
Así pienso querida Luciana, pero el soneto se me quedó corto para tanto que quería decir.
Gracia por estar aquí por tu sinceridad.
Un abrazo

 

Importante mensaje nos compartes en los cuartetos en contraste con la gratificante experiencia que nos comunicas en los tercetos.
Un poema sincero que necesitaria un mayor desarrollo en dos temas diferentes ya que queda muy condensado en la brevedad de un soneto.

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Totalmente de acuerdo, Marcos. Eso sentí, poco espacio para todo lo que quería decir. Podía haber hecho solo cuartetas, la que llevara. Ahora, visto así puede parecer que solo los niños deseados despiertan ese amor infinito, y eso no es así...toda mujer pierde los miedos al ser madre, es un instinto animal de protección a su pequeño.
Los niños son milagros vivos y despiertan amores infinitos, rompen las corazas mas duras y llegan al corazón que se enternece.
En fin llevo días dándole vueltas, quería recordar a esas mujeres y niña que sufren por todos eso.
He escrito tantos poemas a mis hijos, y a mi madre, que parecía que lo había dicho todo.
Un abrazo Marcos.
Gracias
Isabel