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Sosegado

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por ivoralgor, 20 de Julio de 2017. Respuestas: 0 | Visitas: 286

  1. ivoralgor

    ivoralgor Poeta asiduo al portal

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    17 de Junio de 2008
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    Hombre
    Quise escribirte de nuevo, como solía hacerlo. Descubrí tu mirada serena al despertar entre mis brazos. Humedeciste los labios antes de articular un “te amo” tenue. ¿Dónde quedaron las anécdotas, los recuerdos entre tu carne y la mía? Me es difícil recordarlo a detalle, salvo por los cuentos que te escribí para jamás olvidarlos; esos que guardo con celo y releo de cuando en cuando. Sigo enamorado de tu recuerdo y no de la mujer que hoy eres, ya que, muy a mi pesar, eres totalmente otra; y desde luego, ya no soy la persona a quién amaste hasta los huesos. A ese recuerdo evoco cuando la nostalgia llena mis manos y humedece la mirada triste. Esa mujer sólo existe en mis adentros, en mis letras más tristes, en los cuentos más románticos, en los poemas más etéreos. Disculpa por amar a ese recuerdo, por querer revivirla unas cuantas noches para sosiego de mi alma y mis ganas. Es cierto, hoy estoy nostálgico; ella sabe cómo cala esa melancolía, cómo mis lágrimas brotan en silencio. Juré mil veces no volver a recurrir a ella y fracasé en el intento.

    Sabes, aún huelo a su aroma, su desnudez me provoca una pasión insaciable, sus labios, - esos labios, - dormitan en cada rincón de mi piel. Es una locura, pero hoy la tuve entre mis brazos, asidos los dos en un beso infinito y el mar acariciándonos lentamente; desnudos los dos, iluminados por los primeros rayos de sol. Volamos entre las interminables olas, hoy que es verano.

    Está, como te dije, en los poemas más etéreos:

    El sol quemaba mis manos, / aquellas orquídeas muertas / yaciendo con la última gota de sudor.

    Urgía tenerte entre mis labios, / en la espesura de mis caricias, / simple como aire de primavera.

    Adiós, dijiste son sobrada tristeza; / tus ojos se perdieron en el horizonte / de un recuerdo venido a menos.

    Taciturno el aroma de tu cuerpo / rozaba mis ganas oblicuas. / Tú en él y yo en el olvido.

    El sol quemaba mis manos/y las orquídeas se diluyeron/en la última lágrima que derramé por ti.

    Le seguiré escribiendo, como solía hacerlo contigo. Disculpa por amarla, hoy, más que a ti.
     
    #1

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