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A veces pienso que si tenías razón

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por Bergerac, 26 de Marzo de 2017. Respuestas: 0 | Visitas: 296

  1. Bergerac

    Bergerac Poeta recién llegado

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    25 de Marzo de 2017
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    Hombre
    A veces pienso que si tenías razón, este mundo no fue diseñado para poder despertar y observar lo que se mantiene oculto, a veces siento que no basta descansar hasta mañana, no basta conciliar un sueño imponente para evitar cruzar ese puente que nos lleva del hoy al mañana. No es fácil, permanece siempre el dolor. Ya no consigo cerrar mis ojos, ya ni suenan por las noches la guitarra ni el triste piano, se han quedado olvidados en el cuarto aquel, se han quedado sin la mano prodigiosa que les hacia suspirar. Si, a veces pienso que sí tenías razón. Está la casa vacía y hasta se ve más grande, se ha quedado tan sola y en la inmensidad es fácil desorientarse, camino a ciegas tropezando contra todo, pero ¡Qué importa en realidad si lo que importaba ya no está!


    A cada amanecer, sólo basta el abrir los ojos para empezar a recordarte, ni en mis sueños he podido contener mi llanto, sólo me consuelan por las noches las sombras y recuerdos, y debajo de la almohada esa vieja carta. Despierto a cada mañana con la esperanza de que todo haya quedado en el pasado, pero sabes, no lo he superado, y se me hace difícil entender, como es posible que me pidas comprender si ya no hay razón ni lógica posible, no ves que no tengo armas, no tengo defensas, no tengo esa sonrisa plena que te hacia enloquecer, no tengo ya ese deseo enorme que tenía de vivir, ni hay lugar en este espacio para este loco soñador. No entiendo por qué no pude imaginarlo antes, no entiendo como no pude con mis manos y mis labios estimular tus sentidos, mantenerme siempre un paso adelante a lo que hacía y sentía, más hoy no consigo salir de esta locura, de este ciclo eterno en el que no consigo ni verme al espejo, me siento barbado y sucio, pero ¡Qué importa en realidad si lo que importaba ya no está!


    Intento caminar un tanto lúcido, pero lo más que consigo es una trayectoria errática, tambaleante; no logro aferrarme a lo que tenía antes aunque me mantenga veinticuatro horas siempre allí, he intentado escribirte pero mis manos no saben más que es eso, las letras se pierden tras el escritorio y no vuelven. No funciona el hecho de esconderse tras las cortinas y cerrar las ventanas y puertas, esto va mas allá, no puedo esconderme de mí mismo, ni funciona el hecho de cerrar los ojos por que aun así te sigo viendo recorrer cada espacio de lo que dejaste aquí. Es más, no sólo yo me he dado cuenta de tu partida, las rosas ya no florecen, las aves no cantan más en el jardín, sólo emigran buscando el sur, emigran buscando ese calor y compañía que entre mis manos ya no puedo darles.


    Se han quedado varados en el camino todos mis intentos por continuar, y como te digo, he intentado alzar la voz, he intentado apartarme de todo esto, pero es que estaba tan acostumbrado a tenerte, a juntar tu ropa con la mía, a la forma tierna que tenías de despertarme, a los dulces gestos de tu sonrisa que era mía, a tu forma de abrazarme, a esa forma de darme tu calor, a esa forma sencilla pero plena de mirarme, que ahora que no te tengo no puedo siquiera decirte que en vez de llorar voy a escribirte, no hay manera de hacerte saber que en las esquinas oscuras de la casa alguien te espera, no hay forma de decirte que te he soñado aquí conmigo, que te he visto llegar cansada como cada día y te he sentido recostada en mis brazos y te he escuchado susurrar mi nombre llegada la noche, pero luego entiendo que de tu presencia sólo me queda esa fragancia tímida que lastima y que se esconde en los rincones.


    Comprendo perfectamente la situación en la que vivo, soy ese eco que ha quedado atrapado en los recuerdos y en la ausencia, esta ausencia en la que me encuentro desde que no te tengo más entre mis brazos, soy esa sombra que triste aguarda tu regreso y vuelve eterna su desesperanza, hasta he rasgado mi ropa por la necesidad de escucharte llegar y tomarte de las manos y decir que no ha pasado nada, que tu presencia no la cambio por ninguna y “Bienvenida a casa”, y es que como nunca me dijiste adiós, podría hasta pensar que ni siquiera te fuiste, pero ciertamente creo que tenías razón, este mundo no es así.


    He llegado a creer que si te llamo mezclando mi voz con el silencio de las noches algún día vas a regresar, y es mi silueta contra luz de luna la que detrás de la oscuridad se esconde con su triste fragancia buscando encontrar tus pasos o las huellas que dejaste, quizás busque la caricia que mejor diste a mis manos o la huella de carmín que dejabas en mis labios, de lo que sólo quedan unos labios agrietados y una mano casi muerta.


    Y sabes que, el día de nuestro aniversario hasta me vestí elegante y puse la mesa, prendí dos velas y cociné aunque sabés que no lo hago muy bien, quise simplemente tener todo listo, que vieras que por lo menos lo intenté, pero ya ha corrido todo tras la ventana y ha quedado este lugar ya sin cantar. Tenía la esperanza de oírte llegar, pero al parecer lo olvidaste, y aquí me encuentro solo, y te aseguro que nada puede describir lo que mi corazón siente y yo creo que es que no he entendido la vida y la he seguido viviendo bajo la idea de “Siento... luego existo”.


    En vano espero que ese teléfono suene, no lo va a hacer, y yo sé que las cosas pasan por que tienen que pasar, soy yo el que me he quedado atrapado en aquel día y no procuro mirar a mañana, todo es como ayer todos los días, no hay nada especial, todo te lo llevaste y cuando te recuerdo, tu nombre viene a mí pero sólo acompañado de ausencia y soledad. Y aquí estoy otra vez llorando, cansado de esperar y siempre esperando por algo que yo sé que no podrías darme... Sólo un poco de tu tiempo!!!


    Sí…, tenías razón, este mundo no fue hecho para mí..., ya ves, está la casa tan vacía, se ha quedado tan sola y en la inmensidad es fácil desorientarse.
     
    #1

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