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Otavio Paz ...

Tema en 'Biblioteca de Poetas consagrados en verso libre' comenzado por ANTHUA62, 14 de Agosto de 2016. Respuestas: 0 | Visitas: 1132

  1. ANTHUA62

    ANTHUA62 El amor: agua de vida y esperanza...

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    Octavio Irineo Paz Lozano nació el 31 de Marzo de 1914 en la ciudad de México. Poeta, escritor, ensayista y diplomático mexicano. Premio Nobel de Literatura en 1990. Se le considera uno de los mas influyentes escritores del siglo XX y uno de los grandes poetas hispanos de todos los tiempos.

    Fue hijo de un abogado que tuvo un papel importante en la revolución zapatista, y nieto de un intelectual y novelista. Siguiendo los ejemplos del padre y el abuelo desde muy niño decidió ser poeta y, <<de alguna forma revolucionario>>. Lector voraz saciaba su curiosidad en la biblioteca del abuelo que, junto a los clásicos de la cultura occidental, y especialmente de la española, albergaba libros <<prohibidos>>: <<novelas no precisamente pornográficas, pero picantes>>.
    Cuando era todavía niño, pasó dos años con su familia en los Estados Unidos, debido a que la derrota del zapatismo forzó al exilio de su padre. Esta experiencia lo marcó de manera perdurable. De regreso a México, cursó la escuela preparatoria en el Colegio de San Ildefonso, donde conoció a algunos de los que serían sus amigos; mas tarde varios de ellos se convertirían en figuras importantes en el desarrolo del país.
    Además de los poetas españoles Federico García Lorca, Rafael Alberti y Jorge Guillén, leyó al argentino Jorge Luis Borges. Sin embargo la gran revelación para él fue la poesía de Pablo Neruda; por ello, cuando publicó su primer libro de poemas a la edad de 19 años, envió un ejemplar al poeta chileno. Ése fue el inicio de una amistad conflictiva, interrumpida en los años cuarenta del siglo pasado y solo renovada al final de la vida de Neruda. Sus desaveniencias con algunos escritores, y con la clase intelectual en su conjunto, por lo general provocada por discordias ideológicas, fueron una constante en la vida de Paz, quien tenía un temperamento combativo y estaba siempre dispuesto a defender sus convicciones...
    Hay mucho más que decir del gran poeta mexicano y premio Novel de Literatura, pero dejemos que hable él con su poesía y nos permita escucharle así siempre presente...

    Soy hombre: duro poco
    y es enorme la noche.
    Pero miro hacia arriba:
    las estrellas escriben.
    Sin entender comprendo:
    también soy escritura
    y en este mismo instante
    alguien me deletrea.


    La belleza no está
    en lo que dicen las palabras
    sino en lo que, sin decirlo dicen:
    no desnudos sino a través del velo
    son deseables los senos.


    Entre la tarde que se obstina
    y la noche que se acumula
    hay la mirada de una niña.

    Deja el cuaderno y la escritura,
    todo su ser dos ojos fijos.
    En la pared la luz se anula.

    ¿Mira su fin o su principio?
    Ella dirá que no ve nada.
    Es transparente el infinito.
    Nunca sabrá que lo miraba.



    El hombre, el inventor de ideas y de artefactos, el creador de poemas y de leyes, es una criatura trágica e irrisoria: es un incesante creador de ruinas. Entónces, ¿las ruinas son el sentido de la historia? Si fuése así, ¿qué sentido tendrían las ruinas? ¡Y quién podría contestar a esta loca pregunta? ¿El dios de la Historia, la lógica que rige sus movimientos y que es la razón de los crímenes y los heroísmos? Ese dios de muchos y que nadie ha visto, no existe. Él es nosotros: es nuestra hechura. La historia es lo que nosotros hacemos. Nosotros: los vivos y los muertos.


    El poeta recuerda; y al recordar, vaticina. En su alma nacen la memoria y el presentimiento de un estado perdido, y un gusto, una reminiscencia, una nostalgia. ¿Nostalgia de qué? Del primer día. El poeta recuerda el primer día. Día de la creación, día fuera del tiempo, vasto como la eternidad. Sombra latiendo, fuente secreta, aguas dormidas y el viento penetrando la blanda confusión de los árboles, en la noche. Primer día suyo y de todos, de la especie y de cada uno; vaho y tinieblas nos engendraron.


    Espejo de la fraternidad cósmica, el poema es un modelo de lo que podría ser la sociedad humana. Frente a la destrucción de la naturaleza, muestra la hermandad entre los astros y las partículas, las substancias químicas y la conciencia. La poesía ejercita nuestra imaginación y así nos enseña a reconocer las diferencias y a descubrir las semejanzas. El universo es un tejido de afinidades y oposiciones. Prueba viviente de la fraternidad universal, cada poema es una lección práctica de armonía y de concordia, aunque su tema sea la cólera del héroe, la soledad de la muchacha abandonada o el hundirse de la conciencia en el agua quieta del espejo. La poesía es el antídoto de la técnica y del mercado. A eso se reduce lo que podría ser, en nuestro tiempo y en el que llega, la función de la poesía, ¿Nada más? Nada menos.


    ...Octavio Paz, murió en 1998, a los 84 años, en el barrio de Coyoacán, en la ciudad de México. Pero yo digo que no ha muerto, su hermosa y explícita voz reverbera siempre presente e inteligente en cada poema que nos lee en nuestro interior para regocijo y solaz del alma diciendo siempre: ..."también soy escritura y en este mismo instante alguien me deletrea"...

    anthua62
    México 14-08-16
     
    #1
    Última modificación: 23 de Noviembre de 2016
    A Sinedie y homo-adictus les gusta esto.

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