Diario rutinario de un vencedor vencido y renacido

Sigo mirando la hora, haciendo equilibrios por la cuerda de mi soga, en cada paso hacia delante estaba la ilusión de llegar al final, se que el mas minimo error me ahoga. En los libros de historia aprendí a diferenciar, las historias siempre las escriben quienes ganan las batallas, lejos de contar mi verdad, siempre doy la talla, el libro que más me enseño no tenia ni una sola palabra.

Estan caminando mudos y ciegos que dicen ver mucho y hablan de más, el cordero resulto ser un lobo fingiendo, fingiendo debilidad para poner en la guillotina a la victima menos entendida. Dedica poesias que agrandan las pupilas, Yo desde que comia papillas, me alimente de la poesia que susurraba la vida, el viento nos habla por momentos, es cuestion de estar atentos, ignorar los pequeños detalles es cortar las raices de nuestras oportunidades.

Estoy caminando y sigo despierto, sin ningun objetivo y sin ninguna dirección, expuesto a un mundo abierto que continua pidiendome cuentas por la rendición. A veces compruebo si me queda aliento y otras me derrota una refrexión, me doy cuenta que sigo despierto, cuando siento que arde mi corazón. Con razón
la pasión continua siendo encontrarle el sentido a este mundo en blanco y negro, siendo un color, encontrando un objetivo y aprendiendo del camino. De pequeño le daba patadas a un balón y ahora con unos años más, le doy patadas a las piedras de mi camino, es la cruel representación de dejar de ser un niño y hacerse mayor.

Un susurro en medio del silencio, me contó el tiempo que pase sonriendo, me ofreció un reto y lo tome en serio, aprendí a escuchar los silencios.