Plegarias al demonio

Vivo con un sabor en la boca que huele a espanto
y con delirio mal fundado debido a mi insomnio,
este jueves sin falta me pongo a las órdenes del santo
que fue mártir pidiéndole plegarias al demonio.

Ésta tarde platicando un poco conmigo
descubrí que hay mucho de mí que no conozco
y supongo que esos secretos, por más absurdo que suene,
es mejor que nunca toquen puerta en mi dormitorio.

La piedad solamente se acordó de mí en mi lecho de muerte
llevando un ramo de flores negras,
y pinchándose un dedo con un alfiler
fingió que me lloraba desconsoladamente.

Las artes de la lucha sin sentido
me han otorgado cinturón negro en melancolía,
las últimas rimas con buen color que ofrecí
nunca encontraron destinataria,
y en vez de pintar humores
se mezclaron con la capitana del barco de los dolores.

Es peligroso que en este estado caiga en tentación
y me decline a abrir nuevamente las puertas de mi purgatorio,
si sabes de alguien que ocupe reírse del fracaso con emoción
dile que atiendo sin cita en el mingitorio.

 

Espléndido poema dotado de una gran fuerza dramática.
Saludos

 

Versos preciosos y divinos de un trabajo magistral.

 

Gracias por tu comentario Alberto. Saludos.

 

Excelente, dotado de esa acidez que me encanta

 

Gracias Jorge, por pasar por acá. Saludos.

 

Gracias por detenerte por acá Camilu. Saludos.

 

Maravilloso!!!!!! Me encanta, felicidades.

 

Excelencia espléndida de maravilla divina.
Arte soberbio y sublime en estas letras bellísimas.

 

Muchas gracias Soraya. Gracias. Saludos.

 

Muchas gracias Jorge. Saludos.