Noches de insomnio

Un aroma a tierra y papel quemado
y el extraño sabor a sangre y café,
cicatrices de una pasion muerta y
del recuerdo marchitado que se fue

Sólo eso queda en mi cutre cárcel
preso en mis propios pensamientos,
delirios y voces que nunca callan,
demonios en mi cabeza despiertos

¿Qué esperar de ésta, mi condena?,
ser sólo un fantasma en la memoria
o ser polvo en el viento cambiante;
tal vez lo sepa al final de mi historia.

 

Muy largas y cansadas son las noches de insomnio,
el poeta tendrá que acallar voces
con ensueños felices y
poder conseguir un glorioso final en su historia,
sin condena y con plena libertad.

Me gustó tu obra.
Un placer la lectura.
Saludos y feliz viernes.

 

Muchas gracias, me alegra que te haya gustado mi poema, los demonios de cada quien los que no nos dejan dormir a veces, saludos.