El Golpe de Estado

EL GOLPE DE ESTADO
Por José Luis Mendoza
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¿A qué nivel estamos en la estabilidad de la Dictadura Chavista? Podríamos responder que en las más oscuras profundidades de la incapacidad, la corrupción, el robo y en el mayor de los delitos como lo es el narcotráfico.
No contabilizamos las violaciones a los derechos humanos, los presos políticos, los exilados, la represión a todos los niveles de la vida civil y militar, el estupro y las violaciones rutinarias a la Carla Magna (todavía doncella) porque sería suficiente para determinar que vivimos en una estancia cavernícola y en consecuencia todas las acciones que hagan sus usuarios se justifican.
Pero además sumemos todas las crisis existentes: política, económica, educacional, social, cultural, militar, desabastecimiento de alimentos y medicinas, e irrespeto a todas las instituciones, control y manejo de todos los poderes: ejecutivo, legislativo, electoral, judicial y ciudadano.
Entonces ¿A qué nivel estamos como sociedad, como ciudadanos? No hay dudas que sumergidos en las miasmas de un régimen fascista cuyo único objetivo es mantenerse en el poder para seguir ostentando sus privilegios y las fortunas obtenidos mediante todos los delitos cometidos.
¿Cuál es la salida?
Sin duda la más férrea UNIDAD, sin condiciones, de todos los sectores institucionales, democráticos civiles y militares, juntos a la Iglesia que ya ha fijada posición y cuya reciente proclama, al caracterizar la situación actual, no tiene desperdicio, hacia la movilización en manifestaciones multitudinarias del pueblo que sufre y sobrevive en un estado de indefensión general y con toda clase de carencias.
¿Golpe de Estado?
En este estado de cosas ninguna forma de lucha puede ser descartada. El Artículo 350 de la Constitución Nacional nos exige defenderla, salvarla y no nos impide usar ninguna arma ni tampoco dice cómo debemos hacerlo, cómo debemos actuar y todo lo deja a nuestro libre albedrio e iniciativa.
El legado de vergüenza que dejará esta satrapía impedirá que alguien trate de dar un golpe de estado para formar un gobierno militarista, izquierdoso, de derecha o una nueva dictadura disfrazada. Sólo la presencia y fuerza del pueblo y de todas las instituciones democráticas hará que renazca la libertad, la decencia, el amor, la paz, la solidaridad y la reconciliación de todos los venezolanos.

 

Mientras existía dignidad para salvarla... ahora solo queda la verguenza, y para colmo ajena.
Pocos se dicen ahora defensores de Maduro, principalmente aquellos que aún están subsidiados con patentes de corso sin fecha de expiración.
El proyecto sigue siendo defendible como idea, como propuesta, como principio ideológico, pero la realidad destruye los pocos principios... perdón, el mismo sistema ha destruido los principios que propusieron inicialmente.
De seguro los nuevos salvadores de la patria, una vez recuperen lo vestigios que aún siguen en pie, rápidamente entregarán los restos a otros.
Confío que esas nuevas manos sean duras y sucias por el trabajo, y no suaves y limpias por solo contar billetes.

 

Gracias Dragón. Comparto tu opinión y te la agradezco.