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Relato De Una Agonía

Tema en 'Prosa: Ocultos, Góticos o misteriosos' comenzado por Adolfo Sepúlveda, 18 de Diciembre de 2014. Respuestas: 0 | Visitas: 527

  1. Adolfo Sepúlveda

    Adolfo Sepúlveda Poeta recién llegado

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    18 de Diciembre de 2014
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    Género:
    Hombre
    Ahí estaba yo, agonizante, casi muerto. El frío y duro suelo me cubría en tinieblas, apiadándose de mí. Mis tenues latidos fueron deteniéndose. ¿Qué había hecho yo para merecer semejante dolor? Sólo las estrellas me acompañaban en mi silencio. Veían mis venas vaciarse y al cielo sediento beber mi sangre. Mi oído derecho percibe un aleteo y un horrible sonido. ¿Quién diría que ese cuervo sería quien viera mi alma salir de mi cuerpo?

    Esa primavera, esa última primavera, se despedía de mí con fuertes vientos truenos y lluvias. ¿Mi anillo seguía en mi mano? ¿Estaba ella preocupada por mí? Y lo más importante ¿Cómo y cuándo se enterará? Tenía tantas preguntas en mi cabeza que revolotean en mi cabeza como las mariposas en el estómago del enamorado.

    Ya estaba somnoliento y perdía poco a poco la conciencia. En mi mente escuchaba las máquinas del hospital y quería escuchar ese agudo sonido penetrar mis oídos y detener mi dolor.

    De un segundo a otro veo un relámpago y oigo un trueno horrible, más fuerte que cualquiera que haya escuchado antes, y la lluvia se deja caer sobre mi cuerpo ensangrentado. ¡Qué desesperante es la agonía! No sabes en qué momento tu corazón dejará de latir o, en el mejor de los casos, que alguien aparezca y te ayude pero, ni un solo par de ojos estuvieron ahí más que los de ese cuervo que robaba mi soledad.

    Tantos recuerdos que pasaron por mi mente hicieron que me diera cuenta, ¡Qué basura de vida tuve! Pero ¿qué podía hacer ahora? Ya era tarde. Mis tres hemorragias no cesaban de sangrar, y yo seguía pensando en el pasado. En lo que debí haber hecho, lo que no debí haber dicho, etcétera.

    Creo que ese trueno desató un enorme monzón eterno que se llevaba mi sangre a otra parte. Y de repente, en un parpadeo, la luz que parecía estar a miles de kilómetros rosaba mi nariz y me succionaba. ¿Debo ceder y dejar mi vida, a mi familia, y todo atrás? Ya sabía la respuesta. Hace unas noches tuve lo que se conoce como premonición, pero, como es de esperarse, la creí una pesadilla.

    ¡Lo hice! Mi alma abandonó mi cuerpo. ¡Por fin lo sé! Sí hay vida después de la muerte. Pero vivo con esa duda en mi mente: ¿Qué fue del cuervo luego de mi muerte?

    Desde acá puedo ver que ese pájaro no mueve un músculo del lugar donde vio terminar mi vida.
     
    #1
    Última modificación: 18 de Diciembre de 2014

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